- Sola, cansada y sola,
en un pueblo abarrotado
de gentes, de manos,
de piernas, de dientes.
Ni un palmo de playa vacío,
y yo encuentro mil huecos,
mil recodos llenos de recuerdos.
Cada calle blanca te trae a mí,
como una aparición que abrazo, y no siento.
Para olvidarte me sumerjo en el gentío,
vociferan y no encuentro alivio.
Sola, triste y sola,
en esta tarde de verano,
el sol es mi enemigo.
La arena me duele,
guarda trocitos de tu piel,
de un agosto lejano
y tú recostado en mi vientre,
con tu pelo en mis dedos,
y tu boca en mi simiente.
Te busco en las olas,
imaginando tus piernas de sal,
mi ser te llama a gritos,
me inunda, me sepulta esta soledad.