quiere salir de la prisión de mi cuerpo,
la tranquilizo, le digo que no es el momento,
que mi mano aún no tiene trazo seguro, firme, recto,
que mi pintura carece de texturas y el color de aciertos,
que mis pinceladas son simples en el gesto.
Pero ella incansable sigue gritando desde lo más profundo,
me advierte que saldrá, que me liberará de los miedos,
que se impondrá como reina absoluta,
que pisará el yugo mundano y volverá en comunión al universo.
Susana Romero Barberán.
2 comentarios:
Pues si le haces caso a Duchamp, te saldrás con la tuya. Deja salir a la idea, que ya se apañará ella solita (con un poco de tu ayuda, claro).
Me gusta el poema y la intención, susu.
Saludossssssssss
Hubo un antes y un después en mi vida,tras conocer a Duchamp.Me alegro que te guste.
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